25 de junio de 2007

Presentación de los aportes para un proyecto educativo

Sobre los fines del año 2006, nos propusimos dar a conocer lo que hacemos y hacer la presentación de nuestros proyectos, tanto del proyecto de grupo de estudio como del proyecto educativo.

Estuvimos en distintas instituciones escolares, tratando de dejar una huella en cada persona que nos escuchó y de que nuestra experiencia sirviera de disparador para despertar sus conciencias y abrir sus ojos.

Aquí la invitación que hicimos en el cierre:

Queríamos terminar con un mensaje para todos ustedes; a decir verdad, esta es la razón principal por la que pensamos en este encuentro: la de convidarlos a que trabajemos todos por hacer una realidad un poquito mejor.
Hoy venimos a reafirmar nuestra apuesta por el hombre, y por el crecimiento irrenunciable de la sociedad a través del Bien Común.
Nos guste o no nos guste, todos estamos metidos en esto, y es necesario que todos demos nuestra cuota, única e irreemplazable, para que el futuro sea, desde este presente, pleno de esperanza.
Estamos convencidos de la posibilidad del hacer sin necesidad del premio, del aplauso, de la fama o el reconocimiento pomposo, y sí de la entrega silenciosa, de la construcción diaria, del aporte desinteresado y auténtico. Pensamos que vale la pena hacer honor a aquel viejo proverbio anónimo pero no menos sabio: “No sea como la carretilla, camine sin que lo empujen”.
Durante este tiempo hemos comprobado el valor del trabajo en equipo, de cuánto vale la solidaridad, de cuánto se enriquece la reflexión con el aporte de todos, y sobre todo, de lo necesario que es pararse frente a los interrogantes que la vida nos plantea, y no dejar que otros nos digan qué es lo que debemos pensar.
Cuando surgió originalmente este proyecto, fue desde la demanda y la inquietud de algunos alumnos, por eso pensamos que es tan valioso y le da más entidad al pensamiento de que existe una necesidad subestimada, desatendida, y en algunos casos negada en los adolescentes y jóvenes, aunque algunas personas insistan en afirmar que tienen un total desinterés por la vida.
Somos conscientes de la gran desorientación en que vivimos, de cierta apatía producida e inducida por una sociedad fraticida y suicida en todas sus variantes, pero también queremos ser conscientes de la responsabilidad que nos toca, como miembros de esta misma sociedad, de torcer el rumbo. Y estamos convencidos del valor incalculable que tiene un sector de nuestra sociedad, los que hoy pueblan como alumnos nuestras escuelas, que si los consagramos como el futuro, debemos darles antes un presente real y concreto.
También entendemos que la cuestión social no empieza y termina en nosotros, y que de poco sirven los arrestos individuales cuando se trata del Bien Común. Por eso hoy vinimos a contarles algunos de nuestros sueños, para pedirles que nos acompañen, para que juntos podamos comenzar a cambiar esta educación que tanto nos cuesta y tanto nos duele.
En los tiempos críticos que estamos viviendo, no podemos darnos el lujo de desperdiciar, y más bien despreciar, toda la riqueza y el potencial intelectual y humano de una juventud, que, sumida en el complejo, el autodesprecio y el maltrato sistemático de la sociedad, se nos ofrece como única posibilidad de hacer un país mejor.

“El conocimiento es lo único que nos salva y es el pilar de la libertad humana. Aprovechemos entonces esta herramienta que tenemos en nuestras manos para mejorar (en la medida de lo posible) la educación, para poder libertar con el conocimiento que ella conlleva, a todos aquellos que aún permanecen sometidos (muchos de ellos sin saberlo), y que puedan de esa forma obtener la misma libertad que (y pueden estar seguros de ello) los que participamos en esto, ya estamos ejerciendo”.

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